jueves, 25 de febrero de 2010

Hay algo en ti

Revoloteos de murciélagos en mi interior

golpe seco en la sien

el peso de mi cerebro, sobre la inconsciencia

un vaivén de ventana rota,

el frió entrando por mi boca alojándose en mi corazón

caer y caer en espirales interminables.

De repente, veo tus ojos

tus ojos grandes,

del color de un lago triste que nadie visita

y advierto que hay algo en ti

que me detiene en seco de caer

debería atarme de tu mano, y no soltarla jamas.

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